La infinitud del universo me acompaña:
aunque sienta esquirlas en mi cosmos
mi verso aletee sin voz
y mi canto sea gemido de gorrión
resistiré el hielo del silencio.
La infinitud del universo me acompaña:
aunque zambulla el dolor hasta los huesos
y el espejo de la vida me deje sin rostro
sin el manantial de una mano amiga
resucitaré las hojas muertas.
Caminaré y caminaré:
aunque sienta mis huellas en un hálito
y un cabestrillo sostenga mi cuerpo
aun así me mantendré de pié
porque estaré arrullando a mis pájaros.
Xenia Mora Rucabado